Publicado el: 22 diciembre 2021

Ubicado en toda la esquina de Salvador Gutiérrez con Hernán Domeyco, el quiosco de Raquel Robles de 69 años abrió sus puertas un día como hoy, 22 de diciembre, pero de 1971.

Es una mujer luchadora que nunca bajó los brazos cuando se trató de sus 2 hijas y tampoco por el sindicato que la albergó en esos años y que hoy es parte de ellos como dirigenta nacional de suplementeros.

A 40 años de abrir su quiosco, invitó a su familia, amigos y vecinos de siempre a compartir helados y bocadillos para celebrar.

¿Cómo nació este quiosco?

En esos años (1971) yo no tenía trabajo porque tenía a mis dos hijas chiquititas, la mayor tenía 3 años y la chica uno y tanto. Era difícil para mí salir a trabajar, a veces hacía casas particulares y me costaba mucho porque me tenía que venir colgando de las micros afirmándome como fuera, hasta que un día tomé a mi guagua para intentar bajarme y me apretó la micro. Ahí dije no más, así que decidí tener mi quiosco. Fui a hablar con los dirigentes que me demostraron mucho cariño, todos me apoyaron, fue una linda entrada a ser suplementera.

¿Qué se vendía principalmente?

Nosotras vendíamos primero el puro diario. En esos años se podía vivir vendiendo el diario, vendíamos también algunas revistas y como todavía estábamos en la época de Pinochet, vendíamos unas revistas a escondidas.

¿Cómo fueron sus primeros vecinos?

Acá había gente muy cariñosa, muy de piel. Las abuelitas sobre todo, yo tenía una muy buena acogida con la gente mayor. Había unas abuelitas que eran mamá e hija y ellas me veían bajando de la micro y me preparaban cafecito. Además, después pude poner a mis hijas en un jardín así que pude empezar a venir sola.

En estos 40 años ha visto cómo ha cambiado el barrio y los vecinos.

Siempre la gente era muy educada, les gustaba mantener limpia su calle, pero veo que ahora es poca la gente que se ve barriendo las calles como antes. Para las fiestas, las vecinas se preocupaban, si había que embanderar se embanderaba todo. Era bonito. Ahora igual mis clientes son muy buenos, nunca he tenido un problema con algún cliente, todo lo contrario. Pocos ya me quedan porque muchos han partido, pero me quedan. El señor de la ferretería que está abuelito, mi vecina, su papá.

¿Cómo es ser suplementera durante 40 años?

La vida de suplementera me ha ayudado a sacar adelante a mis dos hijas, he apoyado a mis nietos en todo momento. Yo me debo a mis clientes, siempre primero ellos y trato de no cerrar para que nadie me diga que me mando a cambiar, nada.

¿Y ahora como dirigente nacional?

Yo con los años he aprendido a ser dirigenta y ahora soy dirigenta nacional de los suplementeros. Hace dos meses atrás se hicieron las elecciones y salí tercera, así que ahora estoy apoyando por 3 años más a mis compañeros. Todavía quedamos bastantes suplementeros a nivel nacional, así que voy a luchar por ellos estos 3 años.

¿Cómo ve el futuro de su quiosco?

No sé todavía si mis hijas se van a quedar con el quiosco o si muero yo muere el quiosco.