Publicado el: 7 agosto 2021

En el Día del Dirigente y Dirigenta Social y Comunitario, la Municipalidad de Cerro Navia saluda a todos quienes realizan esta importante labor social, ya que es gracias a ellos que las comunidades se mantienen unidas, nace la solidaridad entre las vecinas y vecinos en tiempos difíciles, como lo ha sido en estos 17 meses de pandemia.

En Cerro Navia hay más de 500 organizaciones sociales formalizadas y más de 1.600 dirigentes y dirigentas que cubren diferentes necesidades para los distintas agrupaciones que existen en nuestra comuna. Son todos ellos quienes aportan a mejorar la comunicación entre el municipio y las personas, nos ayudan a saber más de cerca cuáles son los requerimientos de cada comunidad y, de esa forma, trabajar en conjunto y con participación, por una mejor calidad de vida para todos.

Una dirigenta social con historia

El Movimiento de Emancipación de Mujeres Chilenas (MEMCH) fue fundado en 1935. Hoy la población MEMCH forma parte de las organizaciones sociales más icónicas de la comuna de Cerro Navia.

A un costado de la roca que tiene tallado el nombre de “Plaza MEMCH, Unidad Vecinal N°8”, Verónica Castillo, presidenta de la organización comunal se refirió al trabajo comunitario con mucho orgullo y esperanza por el nuevo proceso.

“Para mí en lo personal, es un orgullo. Un orgullo tremendo porque yo soy hija de un fundador de esta población. Mi papá es Ismael Castillo, uno de los fundadores que luchó para hacer lo que todavía se conserva”, contó Verónica quien lleva 4 años en el cargo. Un año más debido a las complicaciones que ha habido para reunir a votar a los vecinos y vecinas por la pandemia.

Sobre estos mismos meses que se han visto complicados para todos, Verónica Castillo explica que no fue fácil reunir a la comunidad. Sin embargo, con el tiempo lograron unificar fuerzas para ayudarse entre todos. “Hemos tratado de llegar a los vecinos por las necesidades que han tenido, sobre todo el año pasado que fue el fuerte, por todo lo que ha pasado con la pandemia. Tratamos de buscar ayuda de mercadería y ese tipo de cosas, y llegar a los vecinos con más necesidades. Esas fueron las grandes cosas que pudimos hacer”, contó.

El 2020 fue un año difícil, porque “costó hacer reaccionar a las personas por el temor al contagio. Costó que la gente se asomara y dijera ‘yo estoy presente, yo ayudo’. Pero más que nada fue por el temor al contagio”, aun así aunaron fuerzas y lograron ayudar a quienes en momentos de soledad, necesitaban compañía.

Con todo lo anterior, la esperanza no se ha perdido porque la posibilidad de vivir con una Constitución digna para todos y todas no está botada. “Es la esperanza personal y quizás para los que me rodean. La verdad es que no sé cómo explicarlo. Hay harta ilusión en un cambio realmente favorable para el pueblo, que es lo que se espera realmente”, dijo.