Emanuelle Silva (29) ganador del primer oro para el Team Chile en los Juegos Odesur 2022, creció en Cerro Navia, pasando por Maipú y finalmente asentándose en Ñuñoa frente al Estadio Nacional para poder entrenar a tiempo completo. Competidor en patín carrera desde su infancia, pone en manifiesto que los triunfos en el deporte de alto rendimiento son una mezcla de factores que traspasan el entrenamiento, involucrando situación económica y apoyo del núcleo familiar.
Proveniente de una familia de deportistas, donde su padre fue seleccionado de bicicross y su madre atleta, la pasión e interés por el deporte nació a temprana edad en Emanuelle. Desde su infancia, asistió a talleres relacionados a la actividad física con sus hermanos, practicó fútbol, básquetbol, atletismo y voleibol. Siempre siendo guiado por un estilo de vida saludable, alimentación consciente y promoción por el autocuidado.
A los cinco años, acompañaba a su hermana mayor a clases de patín carrera. Fue entonces cuando comenzó, de manera recreativa, a practicarlo también. En un comienzo era una actividad de fines de semana, pero con el paso del tiempo, alcanzados los doce años, su padre creyó que era momento de tomar una decisión más seria. “Me acuerdo que mi papá nos reunió a mi y a mis hermanos en una conversación muy profesional. Nos dijo que si queríamos dedicarnos a un deporte, teníamos que enfocarnos solo en uno, y tratar de hacerlo bien. Fue en ese momento que decidí dedicarme a tiempo completo al patín carrera.”
Esta decisión significó un cambio de paradigma en la vida de Emanuelle, tanto por el estilo de vida que debió comenzar a implementar al mismo tiempo que se adentraba en la adolescencia, como por las implicancias económicas en su núcleo familiar. “Yo no vengo de una familia con muchas lucas, y practicar un deporte de alto rendimiento es caro, ser profesional no es barato, y nosotros éramos tres hijos. Mis papás nos apoyaron en todo, pero teníamos que demostrar las ganas de hacer las cosas de una manera más profesional. Por ejemplo, si ellos veían que nosotros estábamos saliendo a carretear todos los fines de semana o perdíamos el foco, no iban a apoyarnos de la misma manera.”
En 2004 Emanuelle tuvo su primer viaje internacional, la competencia fue en Colombia, y allí tuvo un golpe de realidad. “Yo venía ganando en el ranking nacional, pensé que en este viaje quedaría dentro de los primeros cinco, pero terminé dentro de los veinte. Tras esto abrí los ojos y me motivé aún más, comencé con un cambio integral”. Tras esto Emanuelle comenzó a preocuparse no solo del entrenamiento físico, sino también del entrenamiento invisible: alimentación, horas de sueño, entre otros. ”Me levanto y pienso en mi rendimiento. Todo lo que voy haciendo durante el día lo relaciono a que si me va a perjudicar o me va a beneficiar en lo que estoy haciendo, y eso como deportista siento que es lo más importante para buscar un buen rendimiento.”
Actualmente, con medallas y reconocimientos, su visión y estilo de vida se mantiene firme. “Siento que el deporte siempre va a ser beneficioso tanto para los niños como para los adultos, por el tema de salud entrega mucho, muchas herramientas: el tema de la perseverancia, el de salir adelante, de compartir con cualquier tipo de persona independiente de la clase social. El deporte rompe todos esos esquemas sociales.”
Papá de un niño de ocho años, hace el llamado a madres y padres a incentivar el deporte “Traten de apoyar a sus hijos siempre en el deporte que ellos quieran, porque los niños son súper curiosos y muchas veces esa curiosidad queda en la casa. Ojalá eso cambié porque son los padres quienes tienen el poder de sacar a niñas y niños de la casa y llevarlos al lugar donde puedan practicar algún deporte y romper como esa curiosidad”