Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas

Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, o Día de la Detenida y Detenido Desaparecido, una fecha que busca generar conciencia y recordar a las víctimas que sufrieron esta terrible violación de los Derechos Humanos, y a sus familias, quienes continúan luchando por justicia y verdad.

Históricamente, las desapariciones forzadas han sido utilizadas como una táctica para silenciar y eliminar a opositores políticos, activistas y cualquier persona considerada una amenaza para los regímenes opresivos. En el contexto de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet en el país, esta práctica alcanzó niveles alarmantes, dejando un legado de dolor y trauma en la sociedad chilena.

Durante la dictadura miles de personas fueron víctimas de desapariciones forzadas. Sus familiares buscaban respuestas mientras las autoridades negaban información sobre el paradero de sus seres queridos. Muchas de estas personas fueron llevadas a centros de detención secretos, donde enfrentaron torturas inhumanas antes de ser ejecutadas. Las y los detenidos desaparecidos se convirtieron en símbolo del horror y la injusticia de ese régimen.

Después del retorno a la democracia en Chile, se establecieron la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Rettig) y la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Valech), para investigar y recopilar información sobre las violaciones de derechos humanos. Sin embargo, el camino hacia la reconciliación y la justicia continúa. Aún hay desafíos pendientes, y es fundamental establecer medidas para garantizar que los crímenes cometidos durante la dictadura no queden impunes y que no se repitan en el futuro.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, honramos la memoria de quienes sufrieron y seguimos alzando voces para exigir verdad, justicia y reparación para todas las víctimas y sus familias. La erradicación de la desaparición forzada es un llamado para asegurar que los derechos humanos sean respetados y protegidos en todo momento y en todo lugar. Solo así podremos construir un mundo donde la dignidad y la justicia prevalezcan sobre la violencia y la impunidad.